Poesía Africana






Contra poema (Hamid Skif) Argelia




El hombre que lo escribió vive
en una ex calle
Ya es un ex hombre


Suicidado


Con el corazón embravecido
recobra la vida

El verbo incandescente
La fiebre en la boca
Desgarra sus palabras
para hacer de ellas una conciencia ametralladora








Flores del Paraíso (Hamid Skif) Argelia




Un hombre solo andaba en el prado
Su sombra le pesaba

La llevaba en brazos, atravesada

Y le goteaba
a lo largo del camino

El hombre estaba triste
Quería comerse los propios sesos
y los pies
Para olvidar el tiempo
Vivido en balde

El mármol estaba caliente
Depositó en él su alma y soltó un largo llanto
para regar las flores del paraíso.








Desfiladero de Lekadiba (Barolong Seboni) Botswana




siendo piedra
tú no puedes sangrar
aunque de tus venas
abiertas
brote ese líquido incoloro
que parece
sostenerte.




siendo roca
tú no alimentas
pero
engendras
la fértil verdura
que como tierra se extiende
a tus
insensibles pies.




te he escuchado
respirar
sin pulmones
en el eco chorreante
del agua
que resuena
en intemporales tonos




contra los antiguos
muros de piedra
que articulan
los pensamientos
de tu corazón
profundo como la tierra
oscuro y tibio
como una sábana
que protege las almas.













Paredes de la prisión de fruta (Joyce Ashuntantang) Camerún



Querido Dios,

    Sólo unas breves palabras
Antes de abandonar tu vista.
    Me sentí atrapada
En tu Jardín del Edén
    Me diste palabras
Luego reclamaste mi lengua
    Me diste canciones
Luego guardaste mi voz
    Me diste ojos
Luego tomaste mi vista
    Abriste tus oídos
Pero sellaste mi boca
   Aprendí a caminar
Pero hacia ningún lado
    Me diste hombre
luego te guardaste su hombría
    A la única persona a quien le importaba
La maldijiste para siempre. 
    Así que no me arrepiento de dejar
Esta prisión de paredes de fruta 

Atentamente,

Eva.



Himno de los escombros (Frédéric Pacéré Titinga) Burkina Faso



¡La montaña se ha hundido
Poco antes del alba!
¡La noche reina por completo!
La inmensa caoba del pueblo
Ha volado en esquirlas;
Las termitas detentan el poder de las Coronas.




¡El rugido del león se ha agotado
En la sabana hechizada!
¡La noche reina por completo!
La inmensa esperanza del pueblo
Ha volado en esquirlas;
¡Las termitas detentan el poder de las Coronas!




Halcón despavorido;
Abandonado,
Angustiado,
Agusanado,
Traicionado por los espíritus,
Curvando la rodilla milenaria
Que agrieta
Bajo el soplo maldito de los tatarabuelos,
Pueblo desamparado,
Pueblo huérfano
Doblando el lomo
Bajo los KIKIRIKIS lúgubres
De artificiosas trivialidades,
Cargado de un pasado de esperanza,
Traicionado
Lívido,
Apuñaleado
Triturado,
Halcón despavorido
Halcón despavorido
Halcón despavorido
¡Ve!




Ve bajo el ulular enemigo,
Oscuro sobreviviente
Amputado tormentoso,
Bajo el ulular enemigo,
Mil patas desafortunadas,
Ve sobre tus escombros
Esperanza de los decapitados
¡Ve!
Mañana,
El sol estará alto en el cielo.









Todas las noches (Corsino Forte) Cabo Verde


Las piedras levitan en nuestros sueños
¡La balanza del profeta! cuando
El sismo de la esperanza
Alcanza
4.033 km² de terremoto
Y los oídos iluminan
en los corredores del miedo
en los corredores de la vida
El trueno de nuestras sienes
Y saltan islas
Hacia afuera de las ruinas
Como ostras
Hacia adentro de las perlas
Y saltan rocas
Que se cruzan
Con el archipiélago de los sentidos + la
Felina coreografía de las planicies
¡Magras & mágicas! de huesos & símbolos
¡Y tan vírgenes! de ser movimiento
¡Como! la luz del útero
Que las desnuda
¡Si aquí! en el aire
en los pies del archipiélago
Las islas paran
Para ver pasar las rocas
Del desierto de las piedras a la deserción de la pobreza.






Libertad (Koulsy Lamko) República del Chad




Una mañana se nos anunció
Entre dos ráfagas, dos metrallas
Tu casta, tu nacimiento milagroso
Jamás habías sido concebida
¡Mas no quedó por eso!




Esa mañana se nos dijo Libertad
Que eras en fin parte del jaque
Donde todos los peones son pintados de bermejo
Y degradados escarlata, violeta, negro sangre coagulada
En fin parte del juego de cartas
Donde reyes reinas y lacayos
Nadan en una piscina
En que flotan cabezas, brazos, cerebelos
Testículos y pedazos de senos
En una sopa de cebolla
Sagradamente condimentada con especias
De la Fábrica “dios es glorioso”




El almuédano gritó sus borborigmos
La campana agitó frenéticamente su glande




Esa mañana se nos dijo Libertad
Que no eras ni oro ni plata ni petróleo ni uranio ni cacería de hombres ni laberinto de prisiones subterráneas donde se emascula las vergas de los hombres con la espina de cactus donde se masturba a las mujeres con la ascua de cigarrillo donde se ata el dedo del pie al dedo de la mano en indescriptible postura de Kama-Sutra o de pescado ahumado.




Aquella mañana, se nos anunció
Que nos eras ofrecida
Como si fueras un platillo de saltamontes salados
Para embriagarnos en el Bar Charbon
Para acompañar nuestras cervezas espumosas




El almuédano había gritado sus borborigmos
La campana, su glande agitado frenéticamente




Aquella misma mañana




Y después forzosamente no estabas en la cita de los ingenuos
Ya que nunca habías sido
“lo que se ofrece o que no se ofrece”
Porque conquista de los pueblos siempre has sido
La iguana de cola azotadora
Y muy pretencioso el que cree haberte encerrado en su alforja
Para generoso ofrecerte a los demás hombres




Libertad!
Ya nadie sabe deletrear tu alfabeto
Ya nadie sabe dónde comienzas tus primeros pasos
Ya nadie sabe más donde mueres




Y si podías sólo ser... ¡Libertad!











El tren (Mohammed Ibrahim Abu-Sinnah) Egipto




Con ojos brillantes,

esperaba que la lluvia

no ocultara más la vista

(algo desigual, por la temporada)

mientras permanecimos quietos

luchando contra tristeza y locura;

porque tras el muro nocturno,

alto, oscuro y petrificado,

destellaban las tenues luces del recuerdo.




Estabas pálida, vestida de negro

y partiste como un trueno

en mis ojos ciegos,

buscando entre las cenizas

de lo visible,

mientras soñabas con la primavera,

una semilla verde

imperceptible.



Me hiciste preguntas sin sentido.

Guardé las respuestas

en silencio, resistí la destrucción

de esta ciudad:

¡La muerte de la historia

en la estación de los trenes!




Y entonces preguntaste

con tu lengua quemada

"¿Todo fue mentira?

Me mentiste cuando juraste

que este amor perduraría mil años,

que en la cúpula sobreviviría

que sería siempre alumbrado

por estrellas y paz?

¿Todo fue mentira?"

"No, querida mía,

estaba tan sólo enamorado."

"¿Y de nuestro amor qué será?", repuso ella.

Contesté: "Según el médico,

se hundió una bala en el corazón del amor.

Bien sabes que el misterio vela su muerte."




"¡Pero quién lo hizo?"

"No fui yo, y tú sigues jurando

tu perfecta inocencia".

"El viento, mi querida,

anuncia nuestra culpa,

¡Estamos en la mira!

Se impacienta el tren,

tiembla su fuego,

el cadáver palpita

lo desnuda el viento

señala la gente:

somos culpables.

 Entonces, ¿llegó la hora de fugarnos?








África o África (Quentin Ben Mongaryas) Gabón



África de los clanes podridos
África sin dignidad
África de los minerales
África de las plantaciones




África de los brujos negros
África de todos los venenos
África del tribalismo
África de los mercenarios




África de los prisioneros
África de los buenos esclavos
África de los buenos corrompidos
África de los buenos buitres




Mi espalda azotada resiste
Mi corazón arrancado sangra
Mi sangre de cobayo salpica
Mi alma crispada se lamenta




Mi cuerpo encadenado gime
Mi flanco despedazado cae
Mis puños atados se desgarran
Mis miembros rotos sufren




Mis ojos reventados lloran
Mis orejas cortadas silban
Mi carne calcinada se pudre
Y mi aliento te lo regalo.










Dejamos nuestras patrias y llegamos (Patricia Jabbeh Wesley) Liberia




Dejamos nuestras patrias y llegamos, así dice el Grebo, llegamos con nuestras manos
y llegamos con nuestros machetes




así también, pudimos dividir la nueva tierra.




Cuando abandonamos el hogar, atravesamos manantiales
y trepamos colinas; hicimos camino a través de
matorrales húmedos, y los ríos se abrieron
para que pudiéramos pasar.




Sabíamos que si hubiera de saltar el leopardo,
sería al ver un antílope pasar.




Llegamos, no para sentarnos y mirar
un combate de lucha, no para mirar
la tierra sobre la que nuestros pies andan,
levantada más allá de nuestro alcance.




Viajamos desde nuestra tierra natal, y llegamos, entonces, que se sepa que nosotros dejamos
nuestra tierra natal, y llegamos.




Cuando arribamos, cavamos la tierra,
y en esta nueva tierra, depositamos
nuestros cordones umbilicales, para siempre.




Así que háganlo saber entre la gente—nosotros dejamos
toda la belleza de nuestros terruños no para




sentarnos sobre nuestra Estera a sollozar.








Dichos del Exilio (Ahmad Al-Shahawi) Egipto




La tierra es una cárcel,
y los cielos guardan las estrellas fugaces.
Huye,
entra en el trono del
amor,
pues la muerte es una criatura,
y tu lugar es el desierto.
Tu secreto se ha difundido,
y la duración de tu tiempo surge de una rosa.
Visitarás un istmo
y serás aniquilado,
mas tu alma permanecerá indescifrable.









Mulato (Fernando Costa Andrade) Angola




Pertenezco a la generación que ha de vencer
e intenta abrir nuevos caminos
sobre el mundo.
No paro ni me canso
ni me asusto
ni tan siquiera grito
las voces que el silencio enronqueció.
Nací igual que un mensaje
con raíces en todos los continentes…
Me hicieron capaz de amar
y de crear
me cargaron los hombros
de certezas
y me dieron el coraje de superar
impedimentos
Pero soy apenas Hombre
igual a ti hermano de todas las europas
y a ti hermano que transparentas
las áfricas futuras.












Patria (Manuel Rui Alves Monteiro) Angola




En qué floresta mar o
hasta casa punto de encuentro
caminos o palabras
en qué cabellos crespos ondulados
lisos dónde (¿por qué esta pregunta?)
se muere ciudadano
en qué trayecto se cumple
la trayectoria
en qué lengua se libera
la libertad y
en qué derrota
se siente una victoria…
ah, la Patria, esa invención.









Cuerpo Moreno (Francisco José Tenreiro) Angola


Si yo dijera que su cuerpo moreno
tiene el ritmo de la cobra negra al deslizarse
mentiría.
Mentiría si comparara tu rostro fruto
al de las estatuas adormecidas de las viejas civilizaciones de África
con ojos rasgados en sueños de plenilunio
y boca en secretos de amor.
Como mi isla es tu cuerpo mulato
fuerte tronco que da
amorosamente ramas, hojas, flores y frutos
y hay frutos en la geografía de su cuerpo.
Tu rostro de fruto
ojos oblicuos de safu,
boca fresca de frambuesa silvestre
eres tú.
Eres tú mi isla y mi África
fuerte y desdeñosa de los que te hablan en derredor.










Luz (Joao Maimona) Angola


No le lances a mi pecho
palabras sórdidas palabras viejas
a mi pecho no le lancen
palabras viejas palabras sórdidas
inventaré las mías
en el piso de la ciudad
en el suelo del campo
en la oscuridad de la soledad.
A mi camino no le lancen
palabras viejas palabras sórdidas
iré en busca de la palabra
donde los hombres desconocen el grito
iré en busca de la palabra
donde los hombres cultivan en el pecho
las palabras que han de se dichas:
dichas a la ventana de la ciudad
iré en busca de la palabra
y diré lo que se dice entre las paredes
para que de la palabra nazca la luz.
No me lancen palabras sórdidas
palabras viejas
inventaré las mías
y seré un pedazo de palabra.










Viaje (Wole Soyinka) Nigeria




Aunque llegué al final del viaje,
Jamás sentí que hubiera llegado.
Tomé la carretera
Que sube despacio la cuesta de las preguntas, y que me lleva
Incluso a descender a la tierra que conduce a casa. Yo sé
Que mi carne está limpiamente mordisqueada, perdida
Para el perturbado pez entre las vainas susurrantes-
Yo los dejé atrás en mi ruta




Y así también con el pan y el vino
Necesito la repartición de derrota y carestía
Yo los dejé atrás en mi ruta
Jamás sentí que hubiera llegado
Aunque amor y bienvenida me atrapan en casa
Los usurpadores pasan mi copa en cada
Banquete como en una última cena


















Te Agradezco Señor (Dadie Bernard) Costa de Marfil  


Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,

que hayas hecho de mí

la suma de todos los dolores,

y puesto sobre mi cabeza, el Mundo.

Visto la librea del Centauro

y llevo el Mundo desde la primera aurora.


El blanco es un color de circunstancias,

el negro, el color de todos los días,

y llevo el Mundo desde el primer crepúsculo.


Estoy contento

con la forma de mi cabeza

hecha para llevar el Mundo,

Satisfecho de la forma de mi nariz

que debe aspirar todo el viento del Mundo.




Feliz

Con la forma de mis piernas

listas para correr todas las etapas del Mundo.

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro,

que hayas hecho de mí, la suma de todos los dolores.

Treinta y seis espadas han traspasado mi corazón.

Treinta y seis braseros han quemado mi cuerpo.

Y mi sangre sobre todos los calvarios ha enrojecido la nieve.

Y mi sangre en todos los nacientes ha enrojecido el horizonte.

Pero lo mismo estoy

Contento con llevar el Mundo,

Contento con mis brazos cortos,

con mis brazos largos

con el espesor de mis labios.



Te agradezco, Señor,


que me hayas creado Negro,

blanco es un color de circunstancias,

el negro, el color de todos los días,

y yo llevo el Mundo desde el alba de los tiempos.

Y mi risa sobre el Mundo, en la noche, crea el Día.

Te agradezco, Señor, que me hayas creado Negro.










Díptico (Virago Diop) Senegal


El sol colgado de un hilo

en el fondo de la calabaza

teñida de índigo,

hace hervir la olla del día.


Asustada por la proximidad

de las Hijas del Fuego

la sombra se esconde

al pie de las estacas.

La sabana es clara y cruda,

todo es terso, formas y colores.

Pero en los silencios angustiosos

hechos rumores,

de ruidos ínfimos,

ni sordos ni agudos,

surge un misterio denso,

un misterio sordo y sin contornos

que nos rodea y nos asusta.


El taparrabo oscuro

claveteado con clavos de fuego

tendido sobre la tierra

cubre el lecho de la noche.


El perro aúlla, el caballo relincha,

el hombre se echa en el fondo de su choza.

La sabana es sombría,

todo es negro, formas y colores.

Pero en los silencios angustiosos

hechos rumores

los senderos intrincados del misterio

se aclaran lentamente

para los que se fueron

y para los que han vuelto.












Parlamento de los niños (Sony Labou Tansi) Congo




La madre se sentó
con el hambre entre sus manos
y ahogó el amor en sus ojos.
Luego las moscas vinieron
a cantarle repulsivas canciones al oído.
Nosotros escuchamos la inagotable historia
De la lucha y el hambre.




Pero la Madre no cantó
al llegar el tiempo del canto
En la historia popular.
Ella sólo señaló a las moscas
Y nos pidió que tarareásemos
la misma canción musitada por las alas.
Cantamos la canción alada
mientras nos uníamos en la búsqueda.




Mosca y niño unidos en una misma canción
Madre y hojas caídas al tiempo
padre ausente,
desconocido.




Mientras ella sondea los zumbidos,
juntos los seguimos
Creamos unión
para develar los motivos de la mosca y el niño.




Así, en nuestros corazones
Están las vaporosas huellas de la mosca
Cuyas alas nos contaron historias
Del sentido de la vida y de a quién pertenecemos.




-Escuchamos en la radio que hay una crisis-
los miembros del parlamento exigen mayores salarios
Y nosotros no somos tomados en cuenta.
Al menos estamos a salvo de promesas ahogadas.




Habremos de debatir
a cámara abierta
con profusión de enfermedades
como Símbolo del electorado de las tumbas
y tasas demográficas ascendientes
como símbolo del electorado de los sobrevivientes.




Perros-gatos-ratas-moscas
Perros-gatos-ratas-moscas
Envíen emisarios a esta cámara
Aunque el debate se torne melancólico
¡Extravíos del lenguaje!
¡Hacen falta espacios!
-Simple ausencia de orden en el recinto-




Luego compartimos nuestros haberes:
Desde bolsillos llenos de sangre
hasta parlamentos de políticos
Juntos sobrevivimos




Al núcleo de largas sesiones
y caducos proyectos de ley
que ahora reptan
donde ayer hubieron de correr.








Oum El Hili (Achour Fenny) Argelia




Oh río de mi memoria
Espérame un poco
Devuélveme los rasgos de mi rostro
Dibújalo como siempre ha sido
Bello y suave.




Encuentra de nuevo la armonía del éter,
Encuentra de nuevo la disposición del color de las estaciones,
El ritmo de las plumas de los pájaros.




Reúne los dedos de mi madre sobre mi frente
Y déjame probar el paso de los segundos.
Devuelve el hormigueo a mis pies
Y permíteme saber dónde estoy.
Un día, me lancé sobre los trazos de tu bruma
En busca de las causas de la tristeza.
Te he dejado en la casa de mi madre
Madurando entre la palma de su mano.
¿Cuál mano es ésta que ha abusado de las flores de tu juventud?
Reune los dedos de mi madre sobre mi frente
Prométeme el ahogamiento en no importa cuál
Canción, escóndeme en no importa cuál espiga
Espárceme sobre un montículo cualquiera
Ah Oum El Hili, permíteme
Borrar cincuenta mil años
Y reconstruir mi memoria de nuevo
Ayúdame a borrar el tiempo
Y la geografía




Porque tú eres mi comienzo y mi fin
Solamente tu rostro me conoce
En ti, he visto el esplendor de la tristeza
En ti, he conocido el secreto de la escritura




Y contigo he aprendido cómo llevar la cabeza sobre mis hombros
Y cómo marchar más allá de tus valles
Tus triunfos me han paralizado
Y me vuelvo a encontrar extranjero
Persiguiendo mi rostro detrás de tu bruma




Reúne los dedos de mi madre sobre mi frente
Prométeme el sofocamiento
Entre no importa qué canción
Haz de mí un extraviado
Sobre no importa cuál montículo en Oum El Hili
Permíteme cubrir mi frente con mis manos
Contemplar mis rasgos de frente
Comprender el secreto de la tristeza
Escribir mi semblante, con los dedos de mi madre
sobre mi frente
Para que la locura de la escritura se libere
De mí para siempre.










Dime (Paul Dakeyó)  Camerún

Dime
Qué triste desierto nos sitia
Ruido de pasos y ruido de armas
A lo largo de los días
A lo largo de las noches
Qué lágrimas nos arrullan
Qué sangre, qué gritos
Detrás de las alambradas
A cada paso, las botas sobre mi tierra
Dime cuántos niños muertos
En Soweto
Cuántos para enfrentar Johannesburgo
Y sus morgues
Para enfrentar la tierra profunda
Y buscar la palabra y buscar los rostros
Y sólo encontrar pálidas sombras
Encontrar sólo la muerte
Porque esos niños eran negros
Como en Sharperville
El hombre salió de la noche
Con sus innumerables manos
Con cien mil ladrillos
Justo en la precisa alba
Que martillea el tiempo
Como un tañido fúnebre
Con la sangre las lágrimas
Los muchos niños del país
El llanto el llanto el llanto
En la noche del silencio
La noche amarga
Y el instante nominal del holocausto
El fuego la sangre por todas partes
En las calles de Soweto
Donde el horizonte se viste de duelo
Y siembra el odio y la rabia
Porque esos niños eran negros
Porque esos niños eran negros
Quiero que me den un fusil
Para armar mi dolor
Quiero que me den la palabra
La flor el amor infinito
Y sobre todo haz que no escuche más
El llanto de los niños de Soweto
Haz que mi queja brote
De todas las alturas del mundo
Lejos del inmenso río del silencio
Lejos de la noche y de la sangre
Volveremos con la palabra sola
Erguida como un trueno tenue
Con el pan solo
Modelado con lágrimas
Y sangre
Derramada
Con una simetría
De sol puro.




 

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